Dokushô Villalba ha sido desde la década de los 80, un activo difusor del Zen en España. Su producción escrita es enorme. Siempre centrada en diversas líneas, por un lado la difusión de los escritos de los maestrosjaponeses, y un acercamiento que huye de la superficialidad, en su visión de la Meditación Zen. Entre sus últimos trabajos destaca la obra que hoy compartimos en la entrevista, Zen en la Plaza del Mercado, sobre la que reflexiona desde una visión demoledoramente actual.
1.-¿Qué te impulsó a escribir Zen en la plaza del Mercado?
La verdad es que este libro fue un encargo de la editorial Aguilar. Tengo que agradecer al fallecido Enrique Miret Magdalena que le hablara a la editorial sobre mí. Este es el único libro por encargo que he hecho hasta ahora. La editorial buscaba un libro sobre desarrollo personal para el gran público, dentro de una línea soft, algo que fuera fácilmente leíble por el gran público y, a ser posible, muy vendible. Les dije que no estaba seguro de poder hacer algo así. Sea como sea, me encerré durante varios meses y escribí el libro, usando en parte notas y escritos anteriores. Fue publicado en enero del 2008 y, un mes después, la primera edición de seis mil ejemplares estaba agotada. Enseguida se publicó la segunda edición y comencé una gira de presentación por distintas ciudades españolas. Cuál sería mi sorpresa cuando, a mitad de la gira, la editorial suspendió el programa de presentaciones, sin explicaciones convincentes. Cumplido el año de la primera edición, la editorial me comunica que va a destruir todos los ejemplares porque ya no se vendían y ocupaban mucho espacio en el almacén!! Afortunadamente no pudieron hacerlo. Llegaron a un acuerdo con mi abogado y me vendieron a precio de saldo los ejemplares que quedaban. El asunto es que, al parecer, alguien importante del grupo Santillana, al que pertenecía entonces Aguilar, dio la orden de boicotear el libro debido a su planteamiento crítico con el neoliberalismo.
Por suerte, la editorial Kairós ha vuelto a reeditarlo en 2016.
2.-Una de las ideas que más me ha llamado la atención en tu libro Zen en la plaza del Mercado es la defensa de las posibilidades del budismo zen como elemento de transformación social. Es una idea muy potente. ¿Cómo lo ves posible?
El budismo zen no es una ideología política ni social, sino un camino de transformación interior, una revolución en el interior de la conciencia. La tradición budista zen no ha desarrollado ninguna teoría sobre la transformación social ni esta se encuentra directamente en su propósito. No obstante, la sociedad está formada por individuos. Y, si los individuos transforman su percepción de la realidad y de sí mismos, inevitablemente la sociedad cambia en consecuencia. Por ejemplo, el sistema socioeconómico neoliberal se basa en el crecimiento ilimitado y, por lo tanto, en la estimulación de la producción y del consumo. Para ello, exacerba el sentimiento de carencia en los individuos, incita el deseo, la avidez y la codicia, prometiendo que la felicidad vendrá con la satisfacción de los deseos siempre crecientes. Esto nos convierte en depredadores irracionales, de los demás y de los recursos naturales finitos. Este es un estado de enajenación o alienación.
La práctica regular de la meditación zen nos pone en contacto con nosotros mismos, con el ser real que somos, con nuestras verdaderas necesidades y, sobre todo, con un sentimiento natural de plenitud y de paz interior. Desde este estado nos damos cuenta de que no necesitamos consumir más para ser más felices. Si millones de individuos hacen de la simplicidad voluntaria su forma de vida, el engranaje de la producción y del consumo y del crecimiento ilimitado se viene abajo. Esto sería una verdadera revolución, tanto individual como social y política.
3.-Señalas la existencia de una nueva religión, más poderosa en su reflejo social, que las anteriores. La denominas la “religión del mercado”. ¿Es reflejo de una cierta influencia del pensamiento filosófico marxista?
No conozco bien el pensamiento marxista. Leí por primera vez la expresión ‘religión del mercado’ en la obra de David Loy, un pensador y maestro zen, y también la encontré en los escritos del teólogo español Juan José Tamayo. Marx dijo que la religión es el opio del pueblo y, en este sentido, el mercado es el nuevo opio del pueblo, incluidos los trabajadores de cualquier ámbito. El mercado ha sustituido a las religiones tradicionales como sistema de creencia hasta tal punto que la mayoría de las religiones tradicionales y de sus seguidores están dentro (creen en) de la ideología del mercado. Las grandes catedrales de hoy en día son las sedes de los bancos y de las corporaciones multinacionales. Las iglesias y los lugares de culto se vacían, pero los centros comerciales se llenan. Lo sepa o no, gran parte de la población del planeta, especialmente en los países desarrollados, busca la redención a través del consumo y del enriquecimiento material.
4.-Desconfías de recursos de la “comunicación” de masas, y en realidad la consideras hasta cierto punto, un vehículo para la imposición de un nuevo sistema de valores. ¿Cuál crees que será el futuro en estos nuevos contextos de alienación?
Has hecho bien en entrecomillar el término ‘comunicación’, un eufemismo de propaganda, de manipulación de masas y de imposición del sistema de valores neoliberal. No sé cómo evolucionará en el futuro, porque no soy profeta ni me dedico a la prospectiva, aunque deduzco que las técnicas de manipulación de masas se irán perfeccionando cada vez más, ya que el sistema cuenta con una legión de expertos a sueldo. Los nuevos soportes tecnológicos, la expansión del uso de internet, son nuevas formas muy eficaces de perpetuar la alienación colectiva. También es cierto que, por otra parte, la conciencia de la situación está creciendo en muchos individuos y colectivos de diversos ámbitos, no solo político. Son los héroes de la resistencia a la dictadura del mercado.
5.-El dolor forma parte inherente de nuestra existencia. Sin embargo, vivimos en una sociedad en la que se nos bombardea con la eterna sonrisa y felicidad material. ¿Cómo aceptar la existencia del dolor, con ese punto de partida tan aparentemente contrario?
La estrategia de alienación pasa porque tú mismo no seas consciente de tu propio sufrimiento, de tu angustia o de tu insatisfacción. Te ponen el hilo musical y veinticuatro horas al día te bombardean con radiofórmulas para que produzcas y consumas sin que te des cuenta de lo que estás haciendo, de cómo estás viviendo. Lo mismo hacen con los pollos y con las vacas estabuladas y encerradas en una cadena de producción. Nos construyen un show de Truman para que creamos que vivimos en el mejor de los mundos posible. Despertarse de este sueño puede ser duro y difícil y son muchos los que optan por no darse cuenta de su situación real. Por ejemplo, el personaje Cifra, o Cypher, de la saga Matrix, está cansado del mundo real, de vivir en grutas subterráneas y comer proteínas sintetizadas. Prefiere las comodidades ilusorias que Matrix ofrece. Elije la pastilla azul, la que le asegura la inconsciencia y el sueño de una vida llena de comodidades, riqueza y fama (ilusorias). El asunto es que, si no reconocemos el sufrimiento, la angustia, la frustración y el malestar en el que nos encontramos, nunca nos preguntaremos por sus causas reales y nunca podremos encontrar un camino que nos permita liberarnos de ello. La curación de una enfermedad comienza con el reconocimiento de sus síntomas y de sus causas.
6.-¿En qué medida el individualismo contribuye al desasosiego vital que muchas personas sufren?
El individualismo es una pandemia emocional que afecta a millones de personas del mundo desarrollado y que se está extendiendo también a los países en vía de desarrollo como la Peste Negra. El individualismo es un efecto colateral indeseable de la revolución humanista que advino con la ilustración francesa. Unido a la moral protestante -como puso en evidencia Max Weber en su obra La ética protestante y el espíritu del capitalismo-, cristalizó en los Estados Unidos de América y desde allí está contaminando todos los rincones del planeta. La revolución francesa tuvo el mérito de promulgar los derechos individuales de las personas, rescatándolas de la masa amorfa de siervos al servicio de la nobleza y de la aristocracia. Pero del reconocimiento de los derechos individuales de la persona hemos pasado a la ‘individualitis’, una inflamación aguda de individualismo. De forma que actualmente padecemos una centralidad individualista en la que todo gira alrededor del yo-mi-me-conmigo. Esto es una cárcel. En ella se sufre la angustia de la separación, la desolación de la soledad. La ‘individualitis’ es intrínseca al sistema neoliberal, que prefiere una sociedad atomizada en individuos aislados más que personas unidas por lazos de cooperación, vinculadas y organizadas con otras personas en colectivos fuertes y llenos de significado. Por eso estamos asistiendo a la disgregación de los grandes núcleos que han articulado la vida social hasta ahora, como la familia, los barrios, los sindicatos, las asociaciones de interés mutuo. El sentido de pertenencia, de formar parte de algo más grande que la propia individualidad, se está desvaneciendo, salvo si se trata de los grandes espectáculos de masa en el que los individuos renuncian a su propia personalidad para regresar a un estado pre-racional o pre-personal. La angustia de la soledad, la depresión y la pérdida de la facultad de socializar son los síntomas de la pandemia de individualitis.
7.-Destacas la meditación como una verdadera arma para enfrentarse al día a día. ¿Por qué?
Yo no la llamaría arma ni tampoco hablaría de enfrentamiento, que suena un tanto violento ¿no? Diría que la práctica diaria de la meditación zen nos engrasa el cuerpo y el espíritu para poder fluir en el río siempre cambiante de las circunstancias cotidianas. El hecho mismo de pensar en que tenemos que ‘armarnos’ para ‘enfrentarnos’ a la realidad nos devuelve a la ideología según la cual el individuo separado debe protegerse, luchar y vencer a ‘eso de ahí fuera’. Pero el hecho es que ‘eso de ahí fuera’ forma parte de ‘uno mismo’, y ‘uno mismo’ no puede estar fuera de ‘eso de ahí fuera’. La realidad es un continuum entre yo y tú, entre ‘eso de ahí fuera’ y ‘yo’. La realidad es un océano ilimitado en el que podemos aprender a surfear o a nadar como delfines. La meditación zen opera una transformación de nuestra percepción, de manera que nos permite adaptarnos mejor al cambio, al mismo tiempo que permanecemos profundamente estable en nuestro interior.
8.-En Occidente, el Zen está envuelto en una definición conceptual, dotada en algunas ocasiones, de cierta superficialidad. ¿Es uno de los grandes hándicaps a la hora de transmitir el Zen?
Cuando la editorial Aguilar me pidió un libro sobre el Zen, seguramente estaba pensando en esa idea del Zen que se ha hecho común en un cierto sector. El Zen como algo cool, como un pensamiento débil mezcla de interiorismo elegante, diseño apple y técnica de concentración mental. Hoy día llaman zen a cualquier cosa, desde un champú, un sistema operativo o un bar de copas. Hasta un periódico de tirada nacional llama zen a uno de sus suplementos de dietética y vida sana. Obviamente es un abuso, tal vez no intencional, pero que denota el grado de conciencia y el nivel cultural de los que lo usan sin saber lo que dicen. Al principio me molestaba. Ahora ya he aceptado que forma parte de la estupidez de nuestra época. Y sí, creo que es un hándicap, por la simplificación y superficialización de una tradición de despertar espiritual casi tres veces milenaria.
9.-¿Cuál es el elemento del budismo Zen que requiere un aprendizaje más complejo?
El entrenamiento del budismo zen está basado en tres principios: meditación, comprensión clara y comportamiento ético en la vida. Los tres se reducen a la meditación. La práctica de zazen, la meditación zen, es una alta tecnología de conocimiento, como explico en el libro. Es la aplicación práctica y concreta del ‘conócete a ti mismo’ de Sócrates. Esto requiere dedicación continuada durante años, durante toda la vida, y un maestro de meditación que te ayude a situarte en el laberinto de espejos que es la mente. Aunque aparentemente simple – de hecho, consiste en sentarse y sentirse, la meditación zen encierra una gran complejidad, y solo a través de la práctica continuada podemos iluminar las sombras de nuestra caverna interior.
10.-¿Cuál es la principal enseñanza que queda en tu mente de lo que te transmitió Taisen Deshimaru?
Sin lugar a dudas que la meditación zen, zazen, es la puerta al pleno gozo interno y a la paz de espíritu que tanto anhelamos. Y que nosotros, occidentales del siglo XXI, podemos hacer de la meditación zen el eje de nuestra existencia.
Acerca de Dokushô Villalba
Dokushô Villalba Roshi recibió la ordenación de monje zen en 1978 del venerable maestro Taisen Deshimaru Roshi y en 1987 la Transmisión del Dharma de su segundo maestro, el venerable Shuyu Narita Roshi. Es el fundador y presidente de la Comunidad Budista Soto Zen española y fundador y director espiritual del Monasterio Luz Serena. Autor de más de treinta obras sobre budismo zen y espiritualidad oriental en general -entre trabajos propios y traducciones de textos clásicos-, viaja por España, Europa y América Latina impartiendo seminarios, conferencias y retiros de meditación budista zen.
Reside habitualmente en el Monasterio zen Luz Serena, junto con una comunidad de residentes estables, entregado a la práctica y a la enseñanza del budismo zen.
Su estilo de enseñanza, sencillo y coloquial, ha impresionado profundamente a miles de personas que acuden al Monasterio, a sus seminarios y conferencias, buscando paz interior e inspiración espiritual. La Comunidad Budista Soto Zen está comprometida con el respeto al medio natural y con el despertar de la conciencia ecológica.
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