Los periodistas tenemos la suerte de conocer a personas únicas y de ser testigos de hechos excepcionales. El viernes pasado fue uno de esos días. Entrevistar a un venerable lama, Gangchen Rimpoché, experto en medicina espiritual tibetana, fue una experiencia. A su paso por Madrid, donde este fin de semana ha participado en el XXV Congreso para la Paz en el Mundo (rimpochenews.com), se prestó a hablar con los lectores de ZEN y, cómo no, a bendecirles.El lama de sonrisa curativa me recibe en un bar. Acaba de hablar sobre la paz a los alumnos del colegio católico Nuestra Señora del Pilar. La idea era pasear y divagar, pero la lluvia lo impide. Antes de arrancar, el monje budista cierra los ojos y recita de carrerilla una oración. Está muy agradecido por el encuentro. Nosotros, más.
¿En qué consiste la medicina espiritual tibetana?
"En la sociedad tenemos muy cuidado el desarrollo de lo externo, pero también debemos cuidar lo interno. Esto no es religión. Esta medicina busca alejar a las personas de la violencia (gestual, hablada...) a través del cuidado de los cinco sentidos".Insiste en que debemos tocarnos y besarnos más pero sin malas caras, dejando que fluya la buena energía. "Hay que hacerlo con sentimiento. Actuar con violencia puede desencadenar enfermedades. Si obramos en paz, eso generará un efecto benéfico en nosotros y los demás"."Se deben cambiar los pensamientos, buscando que sean positivos. La negatividad destruye la salud y la familia. Para eso no se necesita visitar a Buda ni ir a un templo, es una actitud interior".
¿Pueden convivir la medicina tradicional y la tibetana?
"Sí, la medicina convencional es muy necesaria, aunque a veces tiene efectos secundarios. A mis congresos vienen muchos médicos y científicos para compartir puntos de vistas y experiencias".El monje mira fijamente, como si viera a través de mi mente, me coge del brazo a media entrevista y me pide que escriba en mi diario "frases inspiradoras" que tengan un efecto sanador sobre los lectores. ¡Qué responsabilidad!
¿Cómo hace los diagnósticos?
"Preguntando, mirando los ojos, la lengua, el pulso...".
¿Es usted capaz de ver más allá, de contemplar mi aura?
Al equipo que asiste al lama se le escapa un "sí", pero el monje prefiere no contarme si hay luz alrededor de mi calva. Me sonríe y la charla sigue fluyendo. También pasa de puntillas por la reencarnación. Su misión actual es difundir esta medicina. En su siguiente vida, quién sabe...-
¿Es verdad que el yoga y la meditación lo curan todo?
"Yoga es movimiento, meditar es quietud. Son avances que vienen de Oriente y que ayudan mucho". El encuentro acaba con una bendición para los lectores en torno a la paz, con un abrazo de tres minutos que me llena y con una frase que debería ser un mantra periodístico: "Por el poder de la palabra".
Entrevista: Juan Fornieles/Fotógrafo: Alberto Di Lolli
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